Bueno,
un poco tarde, pero ya he visto esta película que es la primera
parte de una trilogía de películas que adaptan para el cine El
Hobbit, la popular novela que precede a la trilogía de El
Señor de los Anillos, y que también ha corrido a cargo de Peter
Jackson, quién ha vuelto a ponerse a los mando en este regreso a la
Tierra Media que ha tardado muchos años en ver la luz.
Mientras
prepara su 111º cumpleaños, el hobbit Bilbo Bolson (Ian Holm)
recuerda cuando dejó su tranquila vida en La Comarca y marchó a
vivir una aventura que cambió por completo su vida y repercutirá
mucho en el destino de la Tierra Media.
60
años antes, el joven Bilbo (Martin Freeman) recibe la visita de
Gandalf el Gris (Ian McKellen), quién le cuenta que está buscando a
alguien para acompañarle en un peligroso viaje. Bilbo rechaza la
oferta y se mete en su casa –mejor dicho, agujero –, pero Gandalf
hace una marca en su puerta y se marcha. Mas tarde, mientras se
prepara para cenar, una sucesión de enanos comienzan a llegar
inundando su casa. Todos han sido convocados por Gandalf, quién
también se presenta allí. Los enanos –13 en total –son una
compañía liderada por Thorin Escudo de Roble (Richard Armitage),
heredero de Erebor, un reino situado en el interior de la Montaña
Solitaria que prosperó mucho durante el reinado de Thrór, abuelo de
Thorin, acumulando un sin fin de riquezas. Pero esto atrajo a Smaug,
un poderoso dragón que invadió el reino y se apoderó de su tesoro,
expulsadon a Thorin y los demás enanos supervivientes.
Ahora,
Thorin se dispone a recuperar su reino con la ayuda de Gandalf, quién
quiere que Bilbo les acompañe para actuar como saqueador. Bilbo no
desea partir y rechaza la propuesta pero, al final termina yéndose
con Gandalf y los enanos en un viaje lleno de peligros donde se
toparán con unos trolls que desean devorarlos y son perseguidos por
unos orcos liderados por Azog (Manu Bennett), un enorme jefe orco que
mató a Thrór cuando este intentó recuperar las minas de Moria tras
ser expulsado de Erebor y Thorin se vengó de él cortándole un
brazo. Azog ahora busca vengarse de Thorin y ha puesto un precio muy
alto por su cabeza mientras tiene a sus orcos buscándole a lomos de
sus huargos. Durante el viaje, Gandalf se encuentra con el también
mago Radagast el Pardo (Sylvester McCoy), quién la habla de que un
extraño nigromante está habitando la fortaleza abandonada de Dol
Guldur y está infectando el bosque negro de magia oscura. En
Rivendel, Gandalf expone todo esto al Concilio Blanco, formado por
los elfos Elrond (Hugo Weaving) y Galadriel (Cate Blanchett) y el
mago Saruman el Blanco (Christopher Lee), y expone su preocupante
teoría sobre la identidad del nigromante, pero el concilio –salvo
Galadriel –no le cree y tampoco aprueban la misión de los enanos.
Sin embargo, estos se marchan sin avisar y se encaminan hacia las
montañas nubladas donde, tras un encuentro con gigantes de piedra,
son capturados en una cueva por los trasgos, quienes los llevan ante
su rey, quién no duda en avisar a Azog para cobrar la recompensa.
Bilbo, no obstante, logra escabullirse por las cuevas, encontrándose
con una extraña criatura llamada Gollum (Andy Serkis), quién le
propone un juego de adivinanzas donde, si pierde, puede ser devorado.
Poco antes, Bilbo recoge un extraño anillo que se le había caído a
Gollum.
Publicada
en 1937, El Hobbit es una novela de poco mas de 300 páginas
que J. R. R. Tolkien escribió en un principio como cuento para sus
hijos, pero que terminó publicándose. Muchos años después,
Tolkien escribió la que iba a ser su secuela, El Señor de los
Anillos, pero esta terminó convirtiéndose en una obra mucho mas
grande y compleja de la que El Hobbit terminó siendo su
precuela.
Peter
Jackson, gran admirador de los textos de Tolkien, quería adaptar
primero El Hobbit y realizar después la adaptación de El
Señor de los Anillos. No obstante, decidió optar por realizar
la trilogía del anillo y dejó aparcado El Hobbit. Años
después, cuando El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo
(2001), El Señor de los Anillos: Las Dos Torres (2002) y El
Señor de los Anillos: El Retorno del Rey (2003) fueron tres
enormes éxitos de taquilla, recaudando 2.916 millones de dólares
entre las tres, decidió recuperar la adaptación de El Hobbit.
Sin
embargo, este proyecto pasaría por un sin fin de calamidades hasta
poder ver la luz.
En
2007, Robert Shaye, presidente y fundador de New Line Cinema –el
estudio que produjo la trilogía de El Señor de los Anillos
–, declaró públicamente que no quería que Jackson estuviera
involucrado en El Hobbit debido a que, dos años antes, el
cineasta neocelandés denunció al estudio acusándoles de no haberle
pagado una cantidad de dinero que le correspondía –los beneficios
del merchandising y todo eso –. El asunto se resolvió con un
acuerdo, pero a Shaye esto le disgustó mucho y no quería volver a
trabajar con Jackson. Sin embargo, varios fracasos del estudio –el
cual se declararía en bancarrota en 2008 y se fusionaría con Warner
Bros. Pictures –hicieron que Shaye se ablandase y volviera a contar
con Jackson, quién contaba con el apoyo de MGM, verdaderos dueños
de los derechos cinematográficos de las obras de Tolkien.
En
diciembre de 2007, New Line y MGM acordaron que se realizarían dos
películas de El Hobbit y Jackson sería su productor
ejecutivo, aunque no las dirigiría, por lo que se buscó a otro
director, tanteándose candidatos como Sam Raimi, Alfonso Cuarón o
David Yates, siendo elegido Guillermo del Toro, quién se trasladó a
Nueva Zelanda dispuesto a dedicar cinco años de su vida en este
proyecto.
Sin
embargo, la maquinaria volvió a paralizarse debido a un conflicto
legal con los herederos de Tolkien que se resolvería en septiembre
de 2009. A esto se unió los problemas económicos que sufría MGM y
que paralizaron tanto esta producción como otras franquicias del
estudio, como la saga de James Bond.
Fue
entonces cuando comenzó un periodo donde este proyecto tenía un
futuro cada vez mas negro. Los problemas económicos de MGM, al borde
de la bancarrota, hicieron que la producción no recibiera luz verde.
A todo esto se sumó varios conflictos sindicales en Nueva Zelanda
que, entre otras cosas, provocaron varias manifestaciones y el
incendio de algunos decorados. Se llegó a sopesar la idea de
trasladar la producción a otro país.
A
pesar de lo mucho que había trabajado en el guión y la
pre-producción de las películas, realizando varios diseños y
supervisando la construcción de los decorados, Del Toro terminó
abandonando el proyecto a principios de 2010 cansado de esperar y en
vista de que no se vislumbraba ninguna luz en el horizonte. Huérfano
de director y con los problemas de MGM lejos de resolverse, el
proyecto parecía tener los días contados y, de no ser por el empeño
de Jackson, se hubiera ido al traste hace tiempo.
No
obstante, en octubre de 2010, New Line Cinema, MGM y Warner Bros.
Pictures sorprendieron a todo el mundo anunciando que la producción
tenía oficialmente luz verde y que se rodaría en Nueva Zelanda; fue
el fruto de meses de negociaciones que llegaron a buen puerto.
Jackson también sorprendió anunciando que sería él mismo quién
dirigiría las películas, las cuales serían rodadas en 3D y con un
sistema novedoso, el de rodar las películas con 48 fotogramas por
segundo, en lugar de 24 fotogramas por segundo, que es lo habitual en
el cine. Un sistema aplaudido por James Cameron, quién ya intentó
utilizarlo en Avatar (2009) y ahora piensa hacerlo en las
secuelas de esta.
Y así
llegamos a esta película, la primera parte de esta adaptación, que
ahora constará de tres películas, en lugar de dos. La segunda será
El Hobbit: La Desolación de Smaug, que llegará a los cines
el 13 de diciembre de 2013, y El Hobbit: Partida y Regreso,
que desembarcará en julio de 2014.
Pero
vamos a hablar de este film que es lo que ahora incumbe.
De
momento, está arrasando en taquilla. Desde su estreno el pasado 14
de diciembre, lleva recaudados 113 millones de dólares solo en EEUU
y 138 millones mas en el resto del mundo, haciendo un total de 251
millones de dólares. Además, la película está siendo muy bien
recibida por el público.
La
crítica, en cambio, es otro cantar. Desde el primer momento, los
críticos están atacando duramente a este film, cebándose
especialmente con los 48 fotogramas por segundo y acusando a la
película de ser un como un chicle estirado, puesto que solo adapta
una parte de la novela con una duración de 160 minutos, lo que,
según ellos, supone que Jackson ha metido mucha paja de por medio y
esto la hace ser aburrida.
Yo,
desde luego, a los críticos de cine nunca he solido hacerles mucho
caso. Pero, ahora, tras haber visto la película, les voy a hacer
mucho menos caso aún. Porque está claro que si están atacando a la
película es porque ahora toca ponerla a parir porque ellos habrán
decidido que así sea, ya que esta gente se creen dioses y piensan
que una película debe ser mala o buena porque ellos lo dicen. Y lo
peor es esa legión de gafapastas y lameculos dispuestos a adorarles
y a asentir todo lo que dicen como los perros dóciles que son.
Pero,
bueno, dejemos a un lado estas mamarrachadas y vamos a lo que
importa: la película.
A mi me HE ENCANTADO. He disfrutado mucho con este regreso a la Tierra Media, de nuevo de la mano de un Peter Jackson que no defrauda. Puede que el tipo aceptara dirigirla un poco a regañadientes, pero su pasión por la obra de Tolkien y sus deseos de sacar adelante este proyecto han hecho que vuelva a hacer un gran trabajo y nos ofrezca de nuevo una gran película que, además, será el preámbulo para otras dos grandes películas; como ya ocurrió con La Comunidad del Anillo.
Es cierto que esta película es inferior a las tres entregas de El Señor de los Anillos, tres obras maestras muy difíciles de superar, ahí coincido un poco con los críticos. Sin embargo, tampoco se les aleja mucho.
Puede que, como adaptación, se toma esta vez muchas mas libertades con el texto original que las que se tomaron sus hermanas mayores, pero la historia continúa guardando mucha fidelidad con la novela y continúa guardando mucho respeto por la obra de Tolkien. Puede que esto disguste mucho a los puristas que, sin duda, protestarán por los cambios que se han hecho, como ya hicieron con las anteriores películas. Pero, como digo siempre, para hacer una buena adaptación no es indispensable calcar al milímetro el texto original, sino respetar y mantener intacta la esencia de la obra.
No
obstante, lo que mas me preocupaba era como iba a apañárselas
Jackson para meter solo una parte de la novela en una película de
160 minutos.
Con
El Señor de los Anillos se hicieron tres películas de tres
horas cada una y, aún así, se quedaron cosas en el tintero. Sin
embargo, El Señor de los Anillos es una obra mastodóntica
dividida en tres novelas y de una complejidad enorme. El Hobbit,
en cambio, es una novela de 300 páginas, con una historia mucho mas
sencilla. Ya con una sola película hubiera sido suficiente para
adaptarla.
Sin
embargo, aquí no se ha hecho solo una película, sino tres, algo que
ha hecho saltar muchas alarmas. Para tranquilizar los ánimos,
Jackson afirma que no solo adaptará El Hobbit, sino que
tirará también de los Apéndices –esos textos incluidos al
final de El Retorno del Rey –. Sin embargo, como pude
deducir por los trailers y las imágenes, esta película adapta solo
la primera parte del libro, desde el principio hasta la escena de las
águilas, una parte muy corta para adaptarla en una película con una
duración cercana a las tres horas. Por ello, aunque no suelo hacerle
caso a los críticos, lo del chicle estirado y la paja metida para
alargar la historia me hacía tener mis dudas con respecto al film.
Sin
embargo, una vez vista la película, os puedo asegurar que no me ha
aburrido nada y ni tan siquiera se me ha hecho larga. Es cierto que
la historia está alargada, pero la forma en que se ha hecho ha sido
fenomenal. Jackson ha metido cambios donde había que meterlos,
añadido cosas nuevas donde había que meterlas, cambiado escenas de
ubicación cuando había que cambiarlas... Y así la cosa le ha
quedado genial. Desde luego, no entiendo a los que dicen que se han
aburrido viéndola, porque yo he disfrutado desde el principio hasta
el fin y ya tengo muchas ganas de volver a verla otra vez y, sobre
todo, de ver las otras dos entregas; sobre todo, sabiendo gracias a
la novela que lo que viene después es mucho mas interesante y
espectacular. Especialmente, con la gran aparición del dragón
Smaug, cuyo aspecto es uno de los secretos mejor guardados; como lo
fue en su día el de Gollum.
Técnicamente,
la película es prodigiosa. De nuevo los efectos especiales son
geniales y el diseño de producción es fascinante, recreando de
forma fenomenal los distintos mundos de la Tierra Media conservando
la magia de los textos de Tolkien y añadiéndolas buenas dosis de
realismo. Una de los elementos que mas me han gustado han sido los
huargos, que me han parecido mucho mejores que esa especie de hienas
que aparecían en Los Dos Torres y que nunca llegaron a
convencerme. Me alegra que Jackson sepa aprender de sus errores;
aunque estos no sean muchos.
Sobre
los tan cacareados 48 fotogramas por segundo, la verdad que yo no he
notado como si estuviera viendo un capítulo de Benny Hill,
como dicen los críticos, ni me he mareado, como dicen algunos que la
han visto. Si es cierto que la película pierde esa textura
cinematográfica tan propia de las películas tradicionales. Aunque,
el principal inconveniente que le he visto es que, al haber una mayor
calidad de imagen, había momentos en los que se notaba mucho la
diferencia entre los efectos tradicionales y los realizados por CGI,
algo que no ocurría en la anterior trilogía. Donde mejor se veía
era en la escena de la cueva de los trasgos o cuando Azog, creado
digitalmente, interactúa con los otros orcos.
Pero,
claro, esto se debe a lo novedoso de este sistema y todo será
cuestión de que las empresas de efectos especiales se habitúen. Los
de WETA ya han tenido que trabajar mas, metiendo mas efectos
especiales ante el aumento del número de fotogramas, pero aún les
queda pulir mas los efectos para evitar que estos se noten. No hay
duda que en el futuro esto se resolverá; incluso puede que se
resuelva en las siguientes entregas si Jackson ha sabido ver el
problema.
En
cuanto al reparto, las interpretaciones están muy bien. Ian McKellen
vuelve a hacer un gran trabajo dando vida a Gandalf, lo mismo que
Cate Blanchett, Hugo Weaving y Christopher Lee en sus respectivos
papeles de Galadriel, Elrond y Saruman, respectivamente. También, a
pesar de su corta participación, Ian Holm y Elijah Wood vuelven a
estar a la altura como Bilbo viejo y Frodo, respectivamente.
Estos
los que repiten. Sobre los nuevos, Martin Freeman está genial como
joven Bilbo y Richard Armitage lo hace muy bien como Thorin, lo
mismo que los demás enanos, todos de los mas carismáticos y
logrados. Es una pena que John Rhys-Davies no haya regresado, ya que
me hubiera gustado verle dando vida a Gloin, el padre de Gimli, pero
Peter Hambleton hace un buen trabajo.
Y no
me olvido de Andy Serkis, de nuevo encarnando magistralmente a
Gollum. Un Gollum, de nuevo creado mediante motion capture –empleando
aquí la tecnología con la que se hicieron los Na´vi de Avatar
–, tan impresionante y maravilloso como el visto en la trilogía
de El Señor de los Anillos. Desde luego, este personaje es de
lo mas realista y llegas a creerte que es un personaje verdadero. En
la escena en la que Bilbo no se atreve a matarlo llega a conmover y
hasta dan ganas de llorar, palabra. Los que digan que es un personaje irreal y vacío está claro que mienten o no ven mas allá de sus narices.
Bueno,
vamos resumiendo ya.
El
Hobbit: Un Viaje Alucinante me ha parecido una película
estupenda, un film maravilloso que me ha dejado una gran
satisfacción. Puede que no me haya impresionado tanto como cuando vi
en su día La Comunidad del Anillo, pero si ha llegado a
impresionarme, y mucho. Peter Jackson vuelve a hacer un gran trabajo
trasladando una vez mas el texto de Tolkien a la gran pantalla de una
forma de lo mas acertada.
Y
esto es solo el principio, porque lo que vendrá después, sin duda,
será mucho mejor.
Pues lo siento mucho, pero a mi, personalmente y sin haber leído ninguna crítica, no me ha terminado de convencer.
ResponderEliminarLa vi por primera vez en versión original subtitulada (acompañando a un amigo americano) y días mas tarde, volví a verla en español (otra amiga me invitó a verla).
La verdad, la traducción es excelente (las canciones ganan mucho en Inglés) aunque me sorprendió darme cuenta que habían traducido el apellido "Bolsón" que en VO es "Baggins" (no he visto ninguna otra película en VO así que no me había fijado, me resulta interesante)
Y lo que es la película, pues si, es muy buena, con la escena en la que Bilbo corre a salvar a thorin se me puso la carne de gallina las dos veces que la he visto (que buenísima banda sonora tiene esta saga, y que bien la usan), pero igualmente, si, me decepcioné.
¿Tanta espera para una película tan sobrecargada? En eso tengo que concidir con la crítica. ¿Porque hacer de una novelita de 300 paginas 3 películas? Parece que lo único que quieren es recaudar, siento ser tan rudo, pero es lo que parece.
Mi valoración personal (desde mi mayor respeto a la tuya) es que sí, es buena película, pero se puede hacer un tanto pesada (sobre todo si la ves varias veces) y no le llega ni a la suela de los zapatos a ninguna de las otras tres peliculas
Bueno, la mayoría de las críticas dicen lo mismo que tu y que todo el mundo. Sin embargo, yo no me aburrí viendo la película ni se me hizo larga, ni la encontré sobrecargada; y lo digo en serio, porque yo nunca miento a la hora de analizar una película.
ResponderEliminarPero, bueno, cada uno tiene sus opiniones y yo siempre respeto las opiniones de los demás.
Hola AXA,
ResponderEliminaresta película es una de mis "asignaturas pendientes", la he postergado, más que nada por el temor a que no estuviera a la altura de las otras tres... Así que le daré una oportunidad, y a mí misma la de disfrutar de una buena historia bien contada...
Saludos,
Fabiana
traffic club
Me resulto interesante, la vi con mi novio, el se quedo dormido, pero no se lo atribuyo a la peli, yo la disfrute y ya espero la otra parte, saludos
ResponderEliminarTraffic club
Cuentos de terror y profecias