Este viernes tenía que
haberse estrenado en España –al igual que en EEUU y otros países –la
esperadísima Spider-Man: Homecoming. Pero,
por alguna incomprensible razón, decidieron retrasar el estreno hasta el 28 de
julio, por lo que, al igual que con Wonder Woman, nos toca esperar otras tres
semanas en las que va a tocar esquivar spoilers como si de soldados esquivando
balas en plena guerra nos tratásemos y aguantar las ganas de verla en internet
con calidad screener.
Para hacer más agradable
la espera, voy a ir analizando las películas del hombre araña que se han hecho
anteriormente. Las películas de Marc Webb ya las analicé en su día, así que las
que voy a analizar son las películas de la trilogía de Sam Raimi.
Y comienzo por la primera
de ellas.
Peter Parker (Tobey
Maguire) es un joven que vive con sus tíos, Ben (Cliff Robertson) y May
(Rosemary Harris) en Queens (Nueva York). Es un chico muy inteligente, de mente
brillante, pero sufre las burlas de sus compañeros de instituto y es el
objetivo de los abusones, encabezados por Flash Thompson (Joe Manganiello);
quién, para colmo, es el novio de su vecina, Mary Jane Watson (Kirsten Dunst),
de quién está enamorado desde niño. Su único amigo es Harry Osborn (James
Franco), quién también está tan marginado como él en el instituto al ser el
hijo del multimillonario Norman Osborn (Willem Dafoe).
Un día, durante una
visita a unos laboratorios, Peter es mordido por una araña alterada
genéticamente y, a partir de ese momento, empieza a experimentar una serie de
cambios. Se vuelve mucho más fuerte y ágil, es capaz de trepar por las paredes,
tiene un sentido que le advierte de los peligros y es capaz de segregar
telarañas. Al principio, utilizará estas nuevas facultades para ganar dinero
fácil en la lucha libre. En la noche de su estreno, tiene un encuentro con un
atracador al que deja huir. Pero, poco después, este atracador asesina a Tío
Ben al robarle el coche. Consigue atraparlo, pero el sentimiento de culpa hace
que decida dedicarse a combatir el crimen bajo la identidad de Spiderman.
Ya hablé largo y tendido
de cómo fue la producción de esta película y la odisea que vivió el hombre
araña para ser llevado al cine, así que no me enrollaré mucho con este tema.
La película que nos
ocupa comenzó a finales del siglo XX cuando, tras una larga batalla judicial y
jugar bien sus cartas con una Marvel en banca rota y otros estudios –como MGM,
a quién devolvió los derechos de las novelas de James Bond que no poseían –,
Sony Pictures fue el estudio que se alzó con los derechos del trepamuros y,
rápidamente, pusieron en marcha su propia película.
James Cameron, que ya
había estado al frente de otro proyecto cuando los derechos los tenía Carolco
durante la primera mitad de los años 90, fue el primero que se ofreció a
dirigirla. Pero, pese al enorme éxito de Titanic
(1997), el estudio no aceptó sus exigencias. Aunque, si se quedaron con su
guión, el cual fue reescrito por David Koepp, Scott Rosenberg y Alvin Sargent
–esposo de Laura Ziskin, productora del film –; aunque, al final, solo fue
Koepp quién apareció acreditado.
Finalmente, poco quedó
del guión de Cameron; aunque si se mantuvieron algunas cosas, como que la araña
que pica a Peter Parker es alterada genéticamente en lugar de ser radiactiva,
que las telarañas la segregue de forma natural o que Peter conozca a Mary Jane
desde la infancia en vez de en una cita a ciegas orquestada por sus respectivas
tías.
En cuanto a la
dirección, como suele ocurrir, sonaron muchos nombres de directores. Roland
Emmerich, Ridley Scott, Jan de Bont, Chris Columbus o David Fincher fueron
algunos de los nombres que sonaron hasta que Sam Raimi resultó ser el gran
elegido.
Sobre el actor que sería
el encargado de dar vida a Spiderman pasó lo mismo. Leonardo DiCaprio, Jude
Law, Chris Klein, Edward Furlong, Freddie Prinze Jr. o West Bentley fueron
algunos de los nombres que se barajaron. El primer elegido fue el fallecido
Heath Ledger, que por aquella época era un actor emergente, pero este lo
rechazó; se ve que le iba más hacer de villano, como demostró años después al
dar vida al Joker en The Dark Knight
(Christopher Nolan, 2008). El estudio y el director continuaron con la búsqueda
hasta que, finalmente, Tobey Maguire resultó ser el gran elegido.
Me quejo de que haya que
esperar tres semanas para ver Spider-Man:
Homecoming, pero para esta película hubo que esperar mucho más, ya que se
estrenó en EEUU el 3 de mayo de 2002, pero a España no llegó hasta el 20 de
junio. Una larga espera en la que no paraba de leer noticias sobre el éxito que
estaba teniendo la película que no hacían más que aumentarme las ganas de
verla.
Y es que la película fue
un éxito enorme de taquilla. Solo en EEUU recaudó 403 millones de dólares a los
que hay que sumar 418 millones más en el resto del mundo, haciendo un total de
821 millones de dólares. Pero, la película no solo triunfó en taquilla, también
tuvo muy buenas críticas, el público la recibió con un gran entusiasmo y se
convirtió en todo un fenómeno sociológico que, junto a X-Men (Bryan Singer, 2000), es responsable de la ola de cine de
superhéroes que vivimos hoy día.
¿Y que opino yo? Pues a
eso vamos.
Como ya sabéis los que
me conocéis y me leéis, a mí Spiderman me encanta; uno de mis superheroes
favoritos desde siempre. Llevo leyendo sus cómics desde que alcanza mi memoria
y no perdía cualquier cosa que echaran de él por la Tv, como las series
animadas o aquellas películas de finales de los 70 que, en realidad, eran los
episodios largos de una serie de Tv que no se llegó a ver en España y que
fueron estrenados aquí en forma de películas.
Una cosa que me frustraba era que, a diferencia de Superman y Batman, Spiderman aún no tenía su propia película. Estaban esas tres de las que he hablado antes: Spiderman: El Hombre Araña (E. W. Swackhamer , 1977), Spiderman 2: El Hombre Araña en Acción (Ron Satlof , 1978) y Spiderman y el Desafío del Dragón (Ron McDougall, 1979). Pero, a parte de que, como ya he dicho, eran episodios largos de una serie de Tv, también eran cutres hasta decir basta, así que no me valían.
Recuerdo haber tenido
constancia del proyecto que preparaba la Cannon a mediados de los 80, pero no
me acuerdo muy bien, ya que por aquella época era todavía muy joven. Si recuerdo
mejor el proyecto de los 90 que James Cameron iba a hacer para Carolco;
recuerdo como babeaba por aquel entonces con la idea de que el director de Terminator y Aliens el Regreso fuera a dirigir una película de Spiderman. Pero,
al final la cosa se quedó en nada.
Finalmente, llegó la
película que ahora nos ocupa, la cual esperé con muchas ganas. Pero, también
con cierta desconfianza, ya que la elección de Sam Raimi como director no
terminaba de convencerme; Raimi es un director que me encanta pero, por aquel
entonces, no le veía apto para dirigir una gran superproducción.
En cambio, con Tobey
Maguire me ocurría lo contrario. Puede que su elección generara críticas desde
el primer momento y, aún hoy en día, muchos siguen todavía dudando de él. Pero
yo ya le había visto trabajar en anteriores películas, como La Tormenta de Hielo (Ang Lee, 1997) o Jóvenes Prodigiosos (Curtis Hanson,
2000) y había visto que era un estupendo actor y podría meterse bien en la piel
de Peter Parker. Así que, a Maguire si le tenía fe.
Cuando la película por
fin se estrenó en España, en medio de una enorme fiebre de Spiderman –recuerdo
que pasé por una tienda de cómics que suelo frecuentar y todas las estanterías
estaban llenas de cómics de arácnido –, corrí a Madrid a verla y pude cumplir
uno de mis mayores sueños: ver una película de Spiderman en un cine.
Fui a verla con gran
ilusión, pero también con un gran temor. Ya que habían sido muchos años de
espera para ver una película de Spiderman y temía que, al final, la película no
estuviera a la altura de mis expectativas. Algo así me ha ocurrido este año con
Wonder Woman, película para la que
también he esperado muchos años.
Con la mujer maravilla,
como ya dejé bien claro en este blog, la espera valió mucho la pena. Salí de
verla con una enorme satisfacción, la sensación de que tantos años de espera no
habían sido en vano y, sobre todo, unas ganas enormes de ver la película otra
vez. Pues bien, con este film sentí exactamente lo mismo 15 años antes.
La película es una
MARAVILLA.
Una película excelente y
una estupenda adaptación que hace las delicias de los amantes del trepamuros;
con excepción, claro está, de los más puristas, que no aceptan ningún cambio
por pequeño que sea.
Sin embargo, los fans
con mente más abierta, como yo, sabemos apreciar que, pese a los cambios, la
adaptación que se hace es muy fiel y capta de una forma magistral la esencia de
los cómics clásicos. Tódo gracias, especialmente, a un estupendo guión.
Antes de ver la
película, me asustaba el hecho de que el guión hubiera pasado por muchas manos
diferentes, ya que eso no suele acabar bien la mayoría de las veces. Sin
embargo, eso no es lo que ocurre aquí ni por asomo, ya que el guión es muy
bueno. Un guión muy trabajado y muy bien estructurado que hace que la historia
vaya progresando constantemente sin que el ritmo decaiga en ningún momento.
Los orígenes del personaje –su mala vida en el instituto, la relación con sus tíos, su amor por Mary Jane… – son resumidos muy bien, sin necesidad de explicaciones estúpidas que lo único que hacen es lastrar el film y hacer que este aburra. Lo mismo ocurre con la parte en la que el protagonista adquiere sus poderes y el proceso que lo lleva a convertirse en superhéroe, todo está tratado de una forma genial y con mucho respeto.
Y lo mismo digo con la parte que corresponde al enfrentamiento con el villano principal, que es realmente genial. Los enfrentamientos, a parte de ser brutales y muy espectaculares, ocurren en los momentos justos, sin dar la sensación en ningún momento de estar forzados, y el duelo que mantienen ambos personajes es realmente magistral. Todo ello hasta llegar a ese impresionante climax final en el puente y la violenta pelea final que se resuelve de una forma muy parecida al cómic.
Como ya he dicho antes, juzgué muy mal a Sam Raimi cuando lo eligieron como director por su inexperiencia dirigiendo grandes superproducciones. Hoy día tengo muchos ejemplos de directores sin experiencia en las superproducciones que han demostrado ser competentes al frente de este tipo de películas –los hermanos Russo, Gareth Edwards, Dean Israelite… –. Pero, por aquel entonces, confiaba más en alguien como James Cameron al frente de este film.
Sin embargo, Sam Raimi tenía a su favor su gran talento y su gran pasión por los cómics –la cual dejó bien clara en Darkman (1990) –para demostrarme lo mucho que me estaba equivocando.
Y vaya si lo hizo, ya que su dirección es excelente; encima, aportando su toque personal, el cual parecía haber perdido en sus últimas películas –claro, que estas eran unas moñadas de cuidado –, lo cual hacía su trabajo más maravilloso. Los planos, los movimientos de cámara, los montajes, las escenas de acción, tódo esta de lo más logrado. Todo esto ayudado con unos efectos especiales muy buenos, un diseño de producción magistral y, sobre todo, una excelente banda sonora de Danny Elfman que acompaña muy bien la película desde los geniales títulos de crédito iniciales.
Sobre el reparto. Como
ya he dicho anteriormente, tenía confianza en Tobey Maguire y el tipo no me
defraudó. El tipo hizo un estupendo trabajo como Peter Parker y como Spiderman.
Eso si, su encarnación del trepamuros no es la mejor y se echan de menos
algunas bromas, como las bromas que Spiderman suele hacer mientras luchas
contra los criminales. Pero, de todas maneras, pese a lo que digan los
detractores, me pareció una muy buena elección.
Sobre el traje que lleva
está muy bien. Puede que nunca haya llegado a convencerme que los dibujos de
las telarañas fueran en relieve pero, por lo general, me parece un traje muy
acertado y fiel a los cómics.
Kirsten Dunst también me
gusta mucho como Mary Jane, su interpretación es muy buena y su caracterización
está muy lograda. Puede que esta MJ no sea tan alocada como la de los cómics,
pero guarda muchas similitudes con su homólogo de los cómics y se respetan
muchos elementos, como el padre violento o que llame tigre a Peter.
De Willem Dafoe como
Duende Verde solo tengo palabras de elogio. El tipo es un excelente actor y los
papeles de villano –salvo excepciones, como la nefasta Speed 2 (Jan de Bont, 1997) –se le dan muy bien. Lo mejor, sin
duda, los momentos en los que los alter egos de Norman Osborn y el Duende Verde
interactúan –la escena del espejo es magistral –. Lo peor, pues está en el
traje de Power Ranger que le ponen, el cual no termina de convencer.
Obviamente, un traje
fiel al 100% con los cómics tampoco hubiera funcionado –como digo muchas veces,
hay cosas que en las viñetas quedan muy bien, pero no ocurre lo mismo en las
películas –. Yo creo que una fusión entre el traje de los cómics y el de la
película hubiera quedado mejor.
J.K. Simmons como J. Jonah
Jameson es realmente IMPRESIONANTE. El tipo se mete por completo en la piel del
personaje, el cual clava en todo momento. Es como si el Jameson de los cómics
hubiera cobrado vida. Encima, en esa redacción de Daily Bugle con personajes
que no necesitan ninguna presentación para todo amante de los cómics de spidey,
como Betty Brant (Elizabeth Banks) o Robbie Robertson (Bill Nunn); incluso
nombran de refilón a Eddie Brock, a quién veríamos más adelante.
Por lo demás. James
Franco está muy bien como Harry Osborn. Rosemary Harris está fantástica como
Tía May. Cliff Robertson está magistral como Tío Ben. Y cabe especial mención
para Joe Manganiello, quién hace un buen trabajo como Flash Thompson.
Bueno, vamos resumiendo
ya.
La película es excelente
y magistral. Una película que atrapa desde el principio y se disfruta
enormemente desde que empieza hasta que termina y, al final, te deja con ganas
de verla más veces. Para mí, sin ninguna duda, es la mejor película de Spiderman
que se ha hecho hasta la fecha. A la espera estoy todavía de ver lo que hace Homecoming, pero muy difícil lo va a
tener para superar o igualar a esta película.
Puede que, con lo que vi
en Capitán América: Civil War
(Hermanos Russo, 2016), el Spiderman de Tom Holland es muy superior al de Tobey
Maguire –ya he dicho que la suya no es la mejor encarnación del trepamuros –,
pero falta saber si su película en solitario está tan a la altura de lo hecho
aquí por Sam Raimi.
Porque, desde luego,
esta película es una auténtica OBRA MAESTRA.
Muy buena reseña como siempre, recuerdo cuando vi esta película en el cine con mi hermano, él se quedo dormido como a la mitad pero yo la vi de principio a fin, incluso en estos días la he visto en el canal FX y me gusta verla cuando la pasan en Claro, sin duda me gusta esta cinta aunque la segunda es mi favorita. Este Spiderman de Raimi me da la sensación de ver la serie animada de los 90, quizá no sea un gran lector de comics del arácnido, lo soy mas de Superman, pero la serie me enganchó mucho con el personaje además de los cameos como Iron Man, los X-Men, Punisher, Blade y los 4 Fantásticos entre otros.
ResponderEliminarTe dejo este video que te va a gustar mucho sobre la película: https://www.youtube.com/watch?v=QaSBBW4D3cE
Y me alegra que hayan mas obras maestras en el blog, ojalá hayan mas. Por último no vi la notificación de esta reseña en Facebook, estuvo pero luego no la vi y tuve que comentar acá, se que estas ocupado pero me gustaría que me dijeras lo que piensas sobre lo que comenté. Saludos.
Por alguna razón, Facebook considera que el enlace a esta entrada no es seguro y por eso me lo borraron y no me dejan ponerlo de nuevo. No sé que es lo que pasa, pero solo ocurre con este enlace.
ResponderEliminarGracias por el enlace, por cierto. Y me alegra que te guste mi reseña y la película. Yo, al contrario, considero esta mejor que la segunda. Pero es solo mi opinión personal y, aún así considero que la segunda es también una película muy buena.
Saludos