En un futuro no muy
lejano, la humanidad está cada vez más unida a la cibernética, hasta el punto
de que muchos humanos suelen llevar implantes tenológicos para reemplazar o
mejorar partes del cuerpo. En medio de todo esto, una joven (Scarlett
Johansson) resulta la única superviviente de un ataque terrorista donde
falleció su familia y su cuerpo quedó terriblemente dañado. Esto llevó a la
poderosa corporación Hanka Robotics a incluirla en un programa liderado por la
Doctora Ouelet (Juliette Binoche) en el que su mente fue implantada en un
cuerpo cibernético.
Un año después, esa
joven forma parte de la Sección 9, una unidad de élite de la policía liderada
por el Jefe Aramaki (Takeshi Kitano), donde ostenta el rango de Mayor. Es una
de sus miembros más formidables, aunque no acostumbra a ovedecer las órdenes.
Tras un ataque terrorista a personalidades importantes de Hanka, ella y uno de
sus compañeros, Batou (Pilou Asbæk), son puestos tras la pista de un peligroso
cyberterrorista conocido como Kuze (Michael Pitt). Sin embargo, a medida que
avanza la investigación, la Mayor comienza a tener extrañas alucinaciones que
Ouelet achaca a problemas técnicos y trata de contrarrestar con una medicación.
Sin embargo, cuando llega el primer encuentro con Kuze, ella empezará a
replantearse muchas cosas. Entre ellas, si su pasado es verdadero.
Corría el año 2007
cuando se puso en marcha una adaptación con personajes reales de Ghost in the Shell, el célebre manga
creado por Masamune Shirow en 1989 que fue llevado por primera vez al cine en
una maravillosa película anime dirigida por Mamoru Oshii en 1995.
Fue Steven Spielberg, a
través de DreamWorks, quién impulsó este proyecto, incluso llegó a perfilarse
como posible director durante un tiempo. No obstante, esta película tardaría
toda una década en ver la luz ya que, en los años siguientes, el proyecto
comenzó a pasar por las manos de varios guionistas a la vez que circularon
nombres de posibles directores sin que el proyecto diera la sensación de
avanzar.
Finalmente, el proyecto
comenzó a tomar forma en enero de 2014, con la elección del británico Rupert
Sanders como director. No obstante, sería con la elección de su protagonista
principal con quién este proyecto dio finalmente el pistoletazo de salida.
La primera actriz
elegida fue la emergente Margot Robbie, pero esta terminó rechazando el papel
en plenas negociaciones cuando se le presentó la oportunidad de dar vida a
Harley Quinn en Escuadrón Suicida
(David Ayer, 2016).
Fue entonces cuando el
estudio fijó su mirada en Scarlett Johansson, quién por aquella época había
triunfado con Lucy de Luc Besson,
película con mucha influencia del manga. En octubre de 2014 le hicieron una
oferta de 10 millones de dólares para que protagonizara la película. Oferta
que, finalmente, aceptó y, el 5 de enero de 2015 se anunció oficialmente su
fichaje.
Fue entonces cuando
comenzó una terrible –y absurda –campaña en internet en contra de esta
elección, ya que muchos no aceptaban que se hubiera elegido a una actriz blanca
y occidental para dar vida a un personaje asiático; sin importar que este
personaje sea un cyborg y que en el manga los personajes japoneses son
representados con rasgos occidentales. La cosa no solo se quedó en comentarios
críticos en las redes sociales, se llegaron a las acusaciones de racismo y a
los insultos, se hicieron campañas de recogida de firmas para obligar al
estudio a cambiar de actriz y hasta llegaron a trollear una campaña viral de la
película.
Lo más curioso es que la
mayoría de los que están detrás de todo esto son gente blanca y occidental. Los
principales implicados en este tema, los japoneses, a penas se han sentido
ofendidos con la elección de Scarlett. Ha habido japoneses cabreados, no lo voy
a negar, pero, en su mayoría, los japoneses han reaccionado con indiferencia
ante este tema. De hecho, para ellos hubiera sido más ofensivo que se hubiera
elegido a una actriz china para este papel; como ya ocurrió en la película Memorias de una Geisha (Rob Marshall,
2005), donde actrices chinas dieron vida a japonesas.
Afortunadamente, toda
esta estúpida polémica no impidió que la película saliera adelante y ahora la
tenemos en los cines de EEUU y varios países; incluido España.
Desgraciadamente, las
cosas en taquilla no le están yendo muy bien. Con un presupuesto de 110
millones de dólares, la película solo ha recaudado 19 millones en su primer fin
de semana en EEUU. Aunque, en el resto del mundo le están yendo mejos las
cosas, habiendo recaudado 40 millones dólares –lo que hace que sus beneficios
globales sean de 59 millones de dólares –y todavía le quedan dos mercados
importantes en los que desembarcar, como el de China –salvadora de muchos
blockbusters estadounidenses en los últimos años –y, sobre todo, en Japón,
donde tiene bastantes posibilidades.
Así que es muy probable
que la película salve los muebles con la taquilla internacional. No obstante,
no se puede decir que haya sido el gran éxito que se esperaba.
Es cierto que Ghost in the Shell no es un material con
madera para blockbusters pero, después del sorpresivo éxito que Scarlett tuvo
en 2014 con Lucy, película que arrasó
en taquilla pese a que olía a fracaso y el boca a boca no le hizo ningún favor,
quizá se esperaban que se repitiera el efecto; cosa que no ha ocurrido.
Por otro lado, el
público ha salido de verla con opiniones muy variadas y la crítica no se está
ensañando con ella, pero tampoco le está siendo muy favorable.
La verdad es que, como ya he notado otras muchas veces, los críticos profesionales parecen estar siguiendo el mismo guión, porque casi todos coinciden en que es una película brillante visualmente, pero vacía en contenido; en España se bromea con el subtítulo que le han puesto, El Alma de la Máquina, afirmando que es una película sin alma.
¿Y que opino yo? Pues a eso vamos.
Como ya dije en la review de Lucy, mi opinión sobre la película no está nada influenciada por lo mucho que me guste Scarlett. No quiero que nadie piense que, porque Scarlett Johansson me gusta mucho tengo que poner la película por las nubes; de ser así, tendría a Solo en Casa 3 como un clásico.
Otra caso que quiero dejar clara es que me gusta el manga y el anime y, aunque no llegue al nivel de los otakus, entiendo mucho del tema. Que no me venga nadie que discrepe con mi opinión con que no tengo ni puta idea de manga porque no es así.
Y, desde luego, Ghost in the Shell está entre mis favorites. Me encantan tanto el manga de Shirow, adoro la película de 1995 y me gusta mucho también la serie Stand Alone Complex. Precisamente, antes de ver la película, me volví a leer el manga y me vi de nuevo la película y la serie para hacer comparaciones. Porque las comparaciones son odiosas, pero inevitables.
Tenía muchas ganas de
ver esta película por Scarlett y por lo mucho que me gusta el material que
adapta y le tenía bastantes expectativas. Pero también ciertas dudas, ya que,
cuando Hollywood suele adaptar un maga, un anime o cualquier cosa que venga de
Japón, las cosas no suelen salir muy bien; aunque, siempre hay excepciones,
como Al Filo del Mañana (Doug Liman,
2014), que resultó una película que estuvo muy bien. Así que había motivos para
tener fe en el film.
Pues bien, una vez vista
la película, os digo a las claras que me HA ENCANTADO. De hecho, me ha llegado
a gustar más de lo que esperaba.
Para empezar, una cosa
en la que coincido con los críticos es que, visualmente, la película es
IMPECABLE.
El mundo opresivo y
distópico y el estilo cyberpunk del manga y del anime están perfectamente
reflejados gracias a un diseño de producción impresionante y unos lográdisimos efectos
especiales. Yo vi la película en 2D, pero apuesto a que debe valer mucho la
pena verla en 3D y en IMAX, porque el trabajo que han hecho aquí es para
quitarse el sombrero.
A nivel visual la
película funciona en todos los sentidos, ahí no tengo nada que objetar. Si
hubiera que calificar esta película solo por sus logros visuales, estaríamos
hablando de una auténtica obra maestra, de eso si que no hay duda.
Pero hay muchas más
cosas que calificar de la película.
Como ya he dicho, los
críticos afirman que, pese a sus logros visuales, la película está vacía en lo
que a historia y guión se refiere; en resumidas cuentas, afirman que esta
película es un envoltorio bonito de algo que está completamente vacío.
Ahí si que no estoy nada
de acuerdo.
Yo ya me hice hace
tiempo a la idea de que no iban hacer algo tan profundo y complejo como el
manga o la película de 1995, eso es algo impensable en una superproducción
hollywoodiense. Estaba claro que iban a simplificar la historia, la gran
pregunta era cuanto iban a hacerlo.
Y mira mi sorpresa cuando
veo que han simplificado mucho el material original, pero no hasta el punto de
ofrecernos un producto simplón e insustancial. Nada más lejos de la realidad.
La película nos ofrece una trama muy bien elavorada y bien ensamblada en un guión eficaz que va directamente al grano, haciendo que la historia vaya progresando a medida que avanza y cuyo ritmo no decae en ningún momento. Y, en cuanto a la adaptación, vemos que, pese a las muchas libertades que se toman, se han tomado muy en serio el material original, respetándolo en todo momento; algo muy de agradecer.
Una cosa que a muchos no les entra en la cabeza es que esta película no es un remake del anime de 1995. Aunque, eso si, la toma mucho como referencia; incluso Mamoru Oshii participó en ella como consultor, llegando a alavar el trabajo que han hecho en el apartado visual y, sobre todo, el trabajo de Scarlett, defendiendo su elección.
Como ya he dicho, la película toma como referencia el film de 1995 pero, tal y como me imaginaba, coge también elementos del manga y de la serie Stand Alone Complex, mezclándolo todo de una forma magistral para crear así su propio universo inspirado en el manga de Shirow, como ya hiciera la película de 1995 y la serie antes nombrada.
Desde luego, para mí fue un acierto escoger a Rupert Sanders como director. Muchos dudaban de él porque venía de dirigir la película Blancanieves y la Leyenda del Cazador (2012) –y tirarse a Kristen Stewart, de paso –y no les parecía alguien indicado para dirigir un film como este. Sin embargo, yo vi que, dejando a un lado el guión, aquella película estaba muy bien dirigida y hasta el tipo se daba el lujo de introducir algunos momentos visuales fascinantes –como la escena del ciervo –. Así que yo le tenía bastante fe a este director.
Y, desde luego, no me ha
defraudado nada. El tipo hace un estupendo trabajo; especialmente en las
escenas de acción, las cuales son brutales y están muy bien filmadas. Pero no
es solo en las escenas de acción donde ha despuntado, su dirección de actores
es escelente y los momentos dramáticos los ha rodado con una sensibilidad
especial, haciendo que haya momentos en los que la película llega a emocionar;
eso si, sin caer en ningún momento en la sensiblería ni la lágrima fácil.
También se le ha notado
a Sanders un gran respeto por la obra que adapta, a la que no duda en
homenajear. Hay homenajes tanto al manga como a Stand Alone Complex, pero los más destacados son los homenajes que
le hace a la película de 1995, recreando varias de sus escenas más
emblemáticas, como la escena del principio, la pelea sobre el agua e, incluso,
la escena del tanque; una escena de lo más brutal que a mí me hizo agarrar con
fuerza los brazos de la butaca.
Eso si, todos esos
homenajes están muy bien ensartados en la película, sin dar en ningún momento
la sensación de estar forzados.
Vamos con el reparto.
Comenzando, claro está, por Scarlett Johansson, protagonista absoluta de la
película.
Scarlett tenía aquí un
reto de lo más complicado que, desde luego, ha superado con maestría haciendo un
excelente trabajo, donde ha aportado su gran talento y, sobre todo, su mirada;
una mirada que expresa mucho más que cualquier palabra, algo que le ha venido
de perlas para este personaje. Por no hablar de que cada vez se supera más en
las escenas de acción.
Digan lo que digan los
talibanes que aún hoy siguen pidiendo una actriz asiática, Scarlett ha sido una
excelente elección para dar vida a Motoko Kusanagi, un personaje para el que
parece que ha nacido. La forma en la que se ha metido en el papel es
impresionante llegando, incluso, a imitar a la perfección muchos de sus gestos
y sus movimientos.
Pilou Asbæk ha estado
genial como Batou. Su interpretación es excelente y, además, la química que
tiene con Scarlett es increíble.
Takeshi Kitano ha estado impresionante como el Jefe Aramaki. Además, me ha gustado que el personaje solo hablara en japonés, dando así una imagen más cosmopolita.
Juliette Binoche está fantástica y me ha sorprendido la presencia que ha tenido en la película; mayor de lo que me esperaba. Además, también tiene mucha química con Scarlett y la relación, casi maternofilial, que su personaje mantiene con la Mayor me ha gustado mucho.
Michael Pitt también ha estado impresionante y esa caracterización que le han puesto no ha interferido en nada en su interpretación; de hecho, incluso la ha mejorado. El tipo da vida a Kuze, el supuesto villano principal, personaje que coge el nombre de un famoso personaje de la segunda temporada de Stand Alone Complex pero, tal y como me imaginaba, está creado mezclando elementos de otros personajes, como el Maestro de Marionetas de la película de 1995, el Hombre que Ríe de la primera temporada de la serie o el ya nombrado Kuze. De hecho, el tipo llega a decir en la película que ha tenido varios nombres.
Quién me ha parecido
algo decepcionante ha sido el verdadero villano principal, Cutter. El actor
Peter Ferdinando hace un buen trabajo y el personaje funciona, pero no le he
visto mucha madera de villano principal. Todavía no entiendo como este
personaje no lo ha interpretado Michael Wincott, que seguro que lo habría
bordado.
Este es uno de los
fallos de la película, porque la película también tiene sus fallos.
Otro fallo tiene que ver
con la Sección 9. No con la Sección 9 en si, la cual está muy bien y sus
miembros están de lo más logrados. El problema es que está algo desaprovechada.
La razón sería otro de
los defectos, la duración del film, 107 minutos. A la película, sin duda, le
falta metraje porque, entre la corta duración y su ritmo ameno, se pasa
demasiado rápido.
La película me ha
gustado mucho tal y como está, pero no hay duda que le hubiera sentado mejor
haber tenido la clasificación R en lugar de la dichosa PG-13 que el estudio le
ha puesto creyendo que así tendría más público en EEUU –gran error en vista de
los resultados en taquilla –. Se habla de una posible versión R para cuando la
película salga en Blu-Ray, pero no se cuanto hay de cierto en esto.
Una de las cosas que han
sido cortadas para, seguramente, la PG-13 ha sido el beso lésbico que se veía
en el tráiler. Sin embargo, por difícil que sea de creer, esto a penas me ha
importado. Porque, con beso o si, esa escena ha sido de lo más sensual y
erotica pese a lo poco que muestra. Y es que, a veces se consigue mucho más con
lo que se insinúa que con lo que se muestra.
Bueno, vamos resumiendo
ya.
Ghost in the Shell me ha parecido una película estupenda que, desde
luego, está entre lo mejor del año junto con Logan.
Una adaptación muy libre,
pero de lo más respetuosa con el material que adapta. Se podría decir que es la
mejor adaptación americana en acción real que se ha hecho de un manga; claro
que, teniendo en cuenta como han sido las otras que se han hecho anteriormente,
tampoco es decir que tenga mucho mérito.
Es una pena que la
taquilla no esté respondiendo tan bien, porque me gustaría que tuviera secuelas,
ya que me ha dejado con ganas de querer ver más de este nuevo universo de Ghost
in the Shell y, sobre todo, de ver más a Scarlett en la piel sintética de
Motoko Kusanagi.
Totalmente de acuerdo y vamos a cruzar los dedos por una versión extendida y clasificada R.
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