La cuarta y, según dicen, última entrega de las aventuras del ogro verde mas famoso de los últimos 9 años era una película que esperaba con impaciencia y, también, con cierta desconfianza, ya que me había llevado cierta decepción con la anterior entrega, Shrek Tercero (2007), la cual, aunque no era mala del todo, si supuso un tremendo bajón con respecto a la calidad de la saga.
Pero vayamos por partes.
Aquí nos encontramos a Shrek (Mike Myers) como un padre de familia aburrido por la rutina y que, encima, debido a su fama, ya no asusta a la gente, lo que hace que esté bastante frustrado. Esto le lleva a pelearse con Fiona (Cameron Diaz) y sus amigos y desear que las cosas fueran como antes. Esto lo escucha por casualidad Rumpelstiltskin (Walt Dohrn) -el enano ese que convertía la paja en oro -, quién tiene una cuenta pendiente con el ogro. Resulta que, mientras él rescataba a Fiona del castillo custodiado por la dragona en la primera entrega, los padres de la princesa, desesperados, hicieron un trato con el enano, quién les prometió romper el hechizo que mantenía prisionera a su hija a cambio de que estos le entregaran el reino de Muy Muy Lejano. Sin embargo, antes de que los padres llegaran a firmar el contrato, les anunciaron que Fiona había sido liberada, hundiendo el plan de Rumpelstiltskin, quién cayó en desgracia después de esto.
Ahora, el enano ve una buena oportunidad para vengarse y lograr su plan para hacerse con el reino. Así que, se las arregla para engañar a Shrek ofreciéndole un día en el que se convertirá en un ogro normal que asusta a la gente a cambio de que este le entregue un día de su vida. Shrek acepta y firma el contrato. Sin embargo, pronto se dará cuenta de que ha cometido un terrible error, ya que el día que Rumpelstiltskin le toma es el día de su nacimiento. Así, Shrek se encuentra en un mundo donde él nunca ha existido y en donde ni Fiona, ni Asno (Eddie Murphy), ni el Gato con Botas (Antonio Banderas) le conocen. Al no existir, nunca llegó a rescatar a Fiona y los padres de esta hicieron el trato con Rumpelstiltskin, quién ahora gobierna Muy Muy Lejano con mano de hierro.
Como ya he dicho, esta entrega la esperaba con cierta desconfianza, ya que la tercera me dejó bastante mal sabor de boca. No obstante, afortunadamente, no ha ocurrido lo mismo con esta, donde los responsables parece que se han dado cuenta de los errores que cometieron y los han querido solventar. Así que, aquí nos ofrecen una entrega mas lograda, entretenida y divertida que devuelve a la saga a donde debe estar. Si tengo que colocar esta película en el escalafón de la saga, diría que es superior a la tercera, inferior a la primera y completamente igualada con la segunda.
El guión está mas currado, no recurre al chiste fácil ni a las situaciones forzadas; que era lo que abundaba en la anterior entrega. El ritmo nunca decae y el desarrollo es de lo mas ameno, haciendo que la película en ningún momento aburra. Además de que la historia es bastante interesante, los personajes siguen estando igual de logrados, la animación vuelve a estar a la altura y la dirección de Mike Mitchell es bastante correcta. Sobre las 3D, mejor no me preguntéis porque la vi a la antigua usanza.
Lo mejor, sin duda, es que en esta entrega contamos de nuevo con un villano en condiciones; nada que ver con el Príncipe Encantador de la anterior que ni por asomo valía como villano principal. Este Rumpelstiltskin, que nada tiene que ver con el que aparecía fugazmente en la tercera con la voz de Conrad Vernon, está mucho mas logrado y se acerca mucho al Lord Farquaad de la primera entrega. Un personajillo perverso, avaricioso y sin ningún escrúpulo que solo piensa en el interés propio, pero dotado de cierto encanto que lo hace ser menos detestable. Está impagable en escenas como la del principio o cuando intimida a sus brujas subordinadas con agua -un claro guiño a El Mago de Oz -.
Claro, que la película también tiene puntos negativos. A pesar de que mejora a la anterior entrega, la formula empieza a verse agotada; por lo que le harán un buen favor a la saga si de verdad este es el fin y no se lían a hacer secuelas innecesarias. También se desaprovecha mucho a los personajes nuevos, como el Flautista de Hamelin o los ogros rebeldes. Además, el guión carece mucho de la acidez de la primera entrega y el resultado se asemeja mas al de una comedia convencional con el mensaje de mantener la familia unida tan propio de su rival Disney.
De todas formas, la película es bastante buena, muy divertida y te hace pasar un muy buen rato. No se le puede pedir mas a esta película que cierra la saga con broche de oro -a menos que hagan mas entregas -, hace bastante honor a la magnífica primera entrega y, desde luego, quita el mal sabor de boca que dejó la tercera. Debería ser mejor valorada de lo que lo está siendo, pero ya he comentado otras veces la estrechez de mentes de la que hacen gala los críticos.
Yo, desde luego, la recomiendo; sobre todo a los fans de la saga que, a menos que vayan muy exigentes, no saldrán decepcionados.
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